En los últimos días nos hemos encontrado con declaraciones de rectores, y de las propias Universidades, posicionándose a favor de la candidatura presidencial de Daniel Scioli alegando, por ejemplo, que si este no llegara al Ejecutivo Nacional se terminaría “todo lo logrado en los últimos años”.

Desde la Federación Universitaria Argentina (FUA) queremos manifestar nuestros reparos respecto de estas prácticas, que se contradicen con el principio de autonomía universitaria reconocido en nuestra Constitución Nacional. Más allá de las preferencias ideológicas de las autoridades universitarias, la Universidad debiera mantener su autonomía de criterio y pensamiento, cosa difícil de lograr cuando ante la coyuntura política nacional se liga a la comunidad universitaria a un partido político.

En algunas circunstancias son actitudes anti estatutarias, como es el caso de la UBA, dado que el articulo IV de las bases de su estatuto celebra que «La Universidad es prescindente en materia ideológica, política y religiosa, asegura dentro de su recinto la más amplía libertad…»

Siguiendo con esta línea de pensamiento, avasallar la autonomía universitaria es también tomar posiciones y definiciones por fuera de los órganos de gobierno de las Universidades (Asamblea Universitaria, Consejo Superior, Consejos Académicos), como se hizo en varias ocasiones.

La comunidad universitaria, puntualmente sus autoridades, en lugar de presentar un diagnóstico, programa y plan de acción de cara al cambio de gobierno, donde estén contempladas las necesidades del sistema y los desafíos en todas las áreas (Infraestructura, Bienestar, Ciencia y Tecnología, entre otras), va detrás de un candidato. Nada más lejos de la Universidad en la que pensaron los reformistas del ’18.