CONSTRUIR SOBRE ARENA. La (no) política educativa del kirchnerismo.
La conjunción de chauvinismo y narcisismo será lo que terminará por dilapidar el mandato kirchnerista iniciado en 2003. Es que, una vez tras otra, el Gobierno –hoy encarnado de manera excluyente en la figura presidencial- desoye toda opinión que le sea contraria a sus ambiciones políticas.
Mientras el manto patriótico de la lucha contra los buitres (de afuera, claro está) cubre las tapas de todos los diarios y portales de noticias, en el Congreso avanza apresuradamente la creación de once Universidades Nacionales: Alto Uruguay (Misiones), Comechingones (San Luis), Raúl Scalabrini Ortiz (San Isidro), Guillermo Brown (Almirante Brown), Hurlingham, Ezeiza, Universidad Nacional de las Artes (hoy IUNA), Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF), Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo, Universidad Pedagógica Nacional (La Plata) y Rafaela (Santa Fe). De ellas, el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) sólo avaló la creación de la última por considerar que su oferta académica complementará el ¨gran potencial productivo¨ de esa región santafesina, asociado al sector agroindustrial y metalmecánico. El resto de las propuestas son objetadas ya que, o bien se superponen con la oferta académica de la zona, o revelan incongruencias serias, como falta de información sobre su factibilidad y fundamentos (Merlo-San Luis, Hurlingham, Almirante Brown), y de datos socioeconómicos (San Isidro) que justifican crear una nueva unidad, entre otras debilidades.
No podemos dejar de mencionar tampoco la creación del Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos “Madres de Plaza de Mayo”, este proyecto se presenta, no como una forma de responder a una necesidad, sino como medio para solucionar el problema producido a partir de las alternativas económicas que cursa la Fundación responsable de la Universidad Popular “Madres de Plaza de Mayo”, especialmente de cara a sus alumnos. Sin embargo hay que señalar la poca trascendencia del problema: pocos alumnos (aproximadamente 300), unos 100 docentes, carreras ofrecidas por otras UUNN; a eso debemos sumar la falta de claridad en la ejecución financiera y en las relaciones establecidas con el medio en el que está inserta –con quién y para qué-, confusión de las actividades de la institución universitaria con el resto de lo que hace la fundación, todos elementos que tendríamos en cuenta como antecedentes –proyecto de factibilidad- cuando se propone la creación de una nueva institución universitaria nacional.
Y decimos esto, porque a pesar de que se trate de disimular el verdadero objetivo, no hay ninguna razón que justifique la creación de una nueva institución universitaria en la Capital y alrededores, para dar las mismas carreras que ya están sobre-ofertadas, que no sea tratar de “salvar” a esa institución privada del desaguisado económico producido por la mala –cuando no delictiva- administración.
Es el art. 48 de la Ley de Educación Superior (LES) el cual establece que ¨las instituciones universitarias nacionales son personas jurídicas de derecho público, que sólo pueden crearse por ley de la Nación, con previsión del crédito presupuestario correspondiente y en base a un estudio de factibilidad que avale la iniciativa. El cese de tales instituciones se hará también por ley. Tanto la creación como el cierre requerirán informe previo del Consejo Interuniversitario Nacional¨. A pesar de ello, el Ejecutivo y su tropa legislativa han decidido seguir avanzando.
La discusión es más amplia. El kirchnerismo arguye a viva voz la premisa más universidades, más educación. Tal como señala el CIN, el más grave de los problemas que ha experimentado el sistema universitario argentino, es el de haber crecido sin ningún tipo de planificación. Siendo la sociedad en su conjunto la que financia a las universidades, resulta razonable y justificado que puedan rechazarse iniciativas de creación que sólo se basen en motivos locales y no respondan a un real interés general.
Hablemos de financiación. El presupuesto 2015 –a tratarse en Diputados el próximo 8 de octubre- revela fuertes disparidades en cuanto a la asignación de recursos de las universidades nacionales y, en especial, en torno a los incrementos que han tenido las partidas de las casas de estudio que fueron fundadas por el kirchnerismo en la última década y las más tradicionales, como la de Buenos Aires. La UBA, por caso, será la universidad que menos aumento recibirá en relación a las creadas por el Gobierno. El crecimiento de su partida será de 29,6%, mientras que sus pares de Tierra del Fuego y Florencio Varela recibirán una suba del 69,7% y 69,2%, respectivamente. Córdoba, la universidad más antigua del país, en tanto, pasará de un presupuesto de $ 2058 millones a $ 2688 millones, poco más del 30% de crecimiento.
El presupuesto fijado para la UBA es de $ 6.690.065.571. Teniendo en cuenta el último censo de estudiantes de 2011, cuando los inscriptos eran 308.748, la UBA recibirá por alumno $21.668 en todo 2015, el equivalente a $ 59,3 por día. En cambio, Tierra del Fuego pasará de un presupuesto de $ 71,4 millones a otro de $ 121,2 millones. Con un padrón de 530 alumnos según datos de 2013, lo que se destinará per cápita del presupuesto será $ 228.822, es decir, $ 627 diarios. Comparado con la UBA, el presupuesto por alumno de la universidad fueguina lo supera en más de diez veces. Esta disparidad no hace más que poner en duda las reales intenciones del kirchnerismo a la hora de incrementar el número de unidades académicas. Es que, tal como lo reveló el CIN, en la mayoría de los casos de solicitud de creación, el organismo aconsejó ampliar la territorialidad sobre la base de instituciones ya existentes así como fortalecer la articulación entre universidades y municipios.
La política universitaria no debe reducirse a un mero aumento de unidades académicas. La problemática es más amplia y debe contemplar herramientas que garanticen la real gratuidad y accesibilidad a la Universidad Pública; es aquí, justamente, donde ponemos el acento. El debate por el Boleto Educativo, Gratuito y Universal (BEGU) en el Congreso de la Nación es hoy una deuda del kirchnerismo, fuertemente ligado a un entramado espurio con el empresariado y el sindicalismo asociado al transporte.
El sistema educativo en general se encuentra en una profunda crisis de identidad, con graves fallas de formación, contención y evolución. La sociedad argentina merece que el debate respecto del sistema educativo se dé con la amplitud, la profundidad y la seriedad que permitan encaminar a nuestro país por una senda sostenida de crecimiento, desarrollo y justicia social. Porque en un país desigual, la educación nos iguala.