Balas de goma, palazos y gases lacrimógenos. Eso es lo que recibieron los ciudadanos y las ciudadanas que, de forma pacífica, salieron a las calles a reclamar ante las medidas de Gildo Insfrán, quien decidió volver a fase 1 la provincia del norte de nuestro país.
En un clima de absoluta impunidad, el Gobernador ha demostrado en los últimos meses el desprecio que tiene hacia la vigencia de los Derechos Humanos en la provincia. Esta situación no es sino una más donde se los ha vuelto a vulnerar de manera repudiable.
Las alarmantes cifras de indigencia y pobreza hace años acompañan a la gestión provincial a la que nunca le interesó resolver el problema. A esto se le suman las flagrantes violaciones a los Derechos Humanos en el marco de la pandemia de Coronavirus, en la que la situación sanitaria no puede ser excusa para la suspensión de derechos y libertades, ni para el impune avasallamiento del Estado de Derecho, las garantías democráticas y constitucionales.
Sr. Gobernador, su represión es atroz, porque la que ejerce es la peor de todas: hacia el futuro de los formoseños. Uno de cada dos formoseños son pobres, en una provincia donde Gobierna desde 1995. Una provincia que no está exenta de la vigencia de la ley pero, en la cual, sin embargo, es tristemente común observar el destrato con el que se actúa hacia las instituciones de nuestra democracia.
La represión ante las manifestaciones populares es la marca que distingue a los Gobiernos que se desentendieron de la realidad y se alejaron del Pueblo. Descansando en sus privilegios muestran una indiferencia absoluta ante la voz de la calle, porque ya no la recorren.
Desde la Federación Universitaria Argentina, como estudiantes que creemos fervientemente en la vigencia de los derechos humanos y en un país con justicia social, alzamos la voz para repudiar la represión y el absoluto desprecio hacia las instituciones democráticas que ejerce Gildo Insfrán.