Ante el reciente encuentro realizado, convocado por la Academia Nacional de Medicina y la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, para debatir acerca de la cátedra libre «El aborto como un problema de salud pública» que se dictará en una Universidad Nacional, creímos necesario hacer algunos comentarios.

En primer lugar que, bajo los principios de AUTONOMÍA UNIVERSITARIA y LIBERTAD DE CÁTEDRA consagrados desde la Reforma Universitaria de 1918 y el primero reconocido constitucionalmente, no resultaría adecuado que organismos o instituciones ajenas a la Universidad interpelen o cuestionen una decisión tomada -de manera unánime- por el Consejo Directivo de la Facultad de Medicina de la UNR.

Por otro lado, ¿es válido discutir desde la «moralidad» una problemática de la salud?
Porque según los últimos datos, la principal causa de mortalidad materna sigue siendo la clandestinidad del aborto: significa el 18% de las muertes (Las12, febrero 2017).

A nuestro entender, el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos es más que importante. Sin embargo, esto se ha convertido en una cuestión de Estado al momento que año a año las cifras de mortalidad materna a causa de la penalidad del aborto, aumentan considerablemente.

No temamos a dar discusiones de este tipo que sabemos movilizan el amperímetro de la opinión pública, mucho menos a darlas dentro de la Universidad, usina de pensamiento.