Nosotros, los terroristas que luchamos por la nefasta idea de defender la vida, la nuestra, la de nuestros hermanos, la de nuestros hijos, la de nuestros nietos.

 

Nosotros los cipayos que nos oponemos a que empresas extranjeras como “OSISKO” y “BARRICK GOLD”, amigas de la Argentina, que invierten en nuestra tierra en beneficio de la patria, puedan desarrollar tranquilamente su actividad productiva provocándole un grave daño a la seguridad jurídica.

 

Nosotros, los niños destituyentes que influido por ideas radicalizadas enfrentamos a las autoridades del gobierno nacional y nos oponemos a que nos desalojen de los cortes utilizando terribles pancartas que ponen en riesgo la seguridad de los uniformados.

 

Nosotros, los que atentamos contra la democracia y desestabilizamos el Poder de la Presidenta dando a conocer lo que sucede en el pago, atreves de peligrosas radios comunitarias que transmiten mensajes.

 

Nosotros, los mentirosos al servicio de la Corpo que tergiversan la realidad, porque en Formosa a los QUOM no se los persigue y mata, porque en La Rioja los que se encuentran en Alto Carrizal reniegan del progreso y el avance económico, porque en Catamarca no se reprimió en Belén ni se interrumpió la transmisión de El Algarrobo, la única radio que relata lo que sucede allí, tampoco se amenaza con reprimir en Tinogasta.

 

Nosotros, los terroristas, los cipayos, los niños destituyentes, los que atentamos contra la democracia y desestabilizamos el Poder de la Presidenta, los mentirosos que estamos al servicio de la corpo, los que evidentemente no conformamos el campo Nacional y Popular que acompaña a Cristina Fernández de Kirchner vamos a seguir haciendo lo que hacemos.

 

Sepa Señora Presidente, que nosotros, quienes según las nuevas leyes de su Gobierno somos terroristas, vamos a seguir defendiendo nuestros recursos naturales, vamos a seguir diciendo que el Famatina no se toca, que en Andalgalá, en Belén, en Chilecito, en Tinogasta y en Río Negro, ¡NO PASARÁN!

 

Nosotros, elegimos no ser parte de esta sintonía fina que saquea, persigue, mata y envenena nuestros recursos, nuestro presente, nuestro futuro, nuestras vidas.