El día de ayer mientras que cientos de personas marchaban por más derechos hacia sus compañeras mujeres, esgrimiendo la máxima sororidad posible, dentro del recinto de la Honorable cámara de Diputados de la Nación, la primer parte de uno se volvía realidad: la media sanción de la ley de paridad en el marco de la reforma política.
La amplia mayoría, casi en totalidad de lxs diputadxs, sin distinción del partido político, a favor de este cambio histórico en la política de nuestra Nación, donde se busca revalorizar el rol de la mujer en este ámbito, pero para lograr una batalla más grande aún que esta: la igualdad.


En un país, donde la estructura patriarcal es, sin lugar a dudas, la norma, es por eso, que generar espacios sin diferencias para los géneros es importante, en algún punto decisivo, para marcar aún más el cambio de época que se vive.
En la actualidad, está vigente la ley de cupo femenino, obligando a los partidos políticos que las mujeres ocupen al menos un 30% de las listas elegibles, pero por un lado la justicia electoral nunca fue lo suficientemente dura para castigar a quienes no la cumplían si no que por otro lado, lo que termino siendo más que un piso, un techo que ayer comenzó a romperse.

Hoy mismo nos toca al movimiento estudiantil renovarnos, y generar también cambios similares. Sucesos a impulsar dentro y fuera de las casas de altos estudios, para transformarnos en una sociedad igualitaria, donde la voz, el voto y los derechos de todos sean, en la práctica verdaderamente iguales. Es así que festejamos enormemente la importancia de este cambio brindara a la sociedad una nueva óptica de la política, renovándola en conjunto y de igual a igual entre hombres y mujeres.